Capitulo VIII – Respuesta al Tiempo/Cambio y…Fuera


1.-  Capítulo I    – La despedida de Mu (El inicio de las  desgracias)

2.- Capítulo II   – Confesiones.

3.- Capítulo III  –  Y las Desgracias continúan

4.- Capítulo  IV  – Una Estrella Para Aries.

5.- Capítulo V     – El recuerdo más Preciado

6.- Capítulo VI   – Entre Amores y Venganzas

7.- Capítulo VII  – Padre Maestro y Amigo

8.- Capítulo VIII –  Respuesta al tiempo Cambio Y Fuera

9.- Capítulo IX     – Entiéndeme

Los personajes pertenecen a Masami Kurumada, yo solo juego con ellos para crear este tipo de fantasías.


 

Respuesta al Tiempo / Cambio y… Fuera

Capitulo VIII


El cuerpo del emperador de los mares salió disparado por el golpe propinado por el santo de sagitario contra una de las columnas del templo del patriarca, sorprendiendo a todos los presentes por su reacción, el caballero que en algún momento sería el digno sucesor de Shión no contuvo su cólera, aún con las manos en puño y con lágrimas contenidas confesó su sentir:

– Esperé mucho tiempo por este momento. ¡Hoy te haré entender que nunca debiste posar tus ojos en nuestra diosa! – Aioros se preparaba para asestarle un nuevo golpe a la reencarnación de Poseidón quien se mantenía en silencio sin siquiera tratar de defenderse – Dios nos envía a la sagrada Athena para velar por la paz y el bienestar del mundo. ¡Por ella!, nosotros fuimos capaces de volver del inframundo, derrotar a cuanto dios quería lastimarla, de vencer lo posible e imposible, por ella dimos nuestra vida, nuestro corazón, pero tú te encargaste de ¡arrebatárnosla! – sus ojos no contuvieron las lágrimas que fluían a raudales sobre su rostro, sintió entonces un nudo en la garganta el cual avivó aún más sus deseos de venganza, luchó contra si mismo para aclarar su voz y hacer entender a ese “miserable” lo que Athena significaba para ellos, tomo una cortísima pausa levantó la mirada y suspirando dolorosamente continuó: – Athena. Nuestra Athena era lo más sagrado. La venerábamos. Cualquiera de nosotros ofreceríamos nuestra vida muy gustosos a cambio de la suya. Ella era lo más sagrado – volvió a repetir elevando la mirada sollozante – Ella lo era todo para mi.

– Ella era tu diosa – respondió Julián débilmente, con gran trabajo logró ponerse en pie, limpiándose con el revés de su manga la sangre que no tardó en acudir tras el golpe del iracundo santo.

– ¡No! ¡Ella era mi niña! – sin perder el tiempo lo tomó por la solapa y lo empujó violentamente contra la pared provocando un sonoro golpe.

– ¡Detente Aioros! – ordenó el maestro Dohko.

– Siento desobedecer maestro, pero ahora no desperdiciaré la oportunidad de hacer pagar a este sujeto por cada uno de sus actos, el lastimar a nuestra diosa y todo lo que representa es un crimen tan grande que no logrará pagarlo ¡ni con su muerte! – el santo de sagitario volvió a golpear a la reencarnación del dios de los mares, cegado por la cólera no medía la potencia de sus golpes, por otra parte Julián no mostraba resistencia alguna, muy por el contrario dejaba que el iracundo Aioros hiciera cuanto quisiese con él, tal era el sentimiento de querer vengar a su diosa que no reparo en lo mal herido que estaba dejando a su oponente y no se detuvo hasta propinarle un golpe tan fuerte en el rostro al punto de sentir su puño humedecido. Levantando la mirada buscó la causa de la humedad, pensando haber destrozado el rostro de su enemigo por completo, lo que vió conmovió su corazón. La reencarnación del dios de los mares estaba llorando. La ira se transformó en sentimiento de culpa al ver la expresión en el rostro de su hermano y de los demás santos dorados que aún sintiendo deseos de venganza no aprobaron su conducta, pese a ello levantó el puño una vez más con la idea de arremeter el golpe final. La mirada del santo de sagitario coincidió con la del mortal Julián, la culpa y el deseo de redención yacían presentes en los ojos llorosos del dios, que fuera de suplicar piedad, rogaba perdón por sus errores del pasado.

– ¡Detente Aioros! Es una orden en representación de su ilustrísima – se escuchó la voz imperiosa de Dohko y como si se tratara de una orden dada por el mismísimo Zeus, el santo de sagitario detuvo el ataque que pondría punto final a la venganza que tanto había deseado.

El cuerpo herido de Julián cayó pesadamente al suelo. El santo de sagitario calmó sus ansias y volviendo la mirada hacia el ser que le arrebató lo más preciado dijo:

– Ella no, no  aceptaba la violencia – cerró los ojos y los puños fuertemente, un lamento ahogado se dejó escuchar de él como si solicitara ahora el perdón de Athena, esto caló a profundidad en el sentir de todos los presentes. En silencio y sin levantar la mirada se alejó de aquel lugar, como un niño arrepentido por sus travesuras sometiéndose a un catigo.

Sin tener ayuda, el que alguna vez fuera el Dios de los mares se puso a duras penas en pie acercándose lentamente a Dohko y ante la mirada reacia de los demás santos dorados habló cansadamente:

– Si se preguntan por qué estoy aquí, debo decirles que… Yo ordené que los embargaran.

Muy pronto las quejas, rumores y miradas de odio se hicieron presentes. No solo les arrebató a su diosa, también terminó por quitarles sus más preciadas pertenencias. La ira y el sentimiento de venganza crecían de cuenta nueva en los corazones de los santos de Athena. Pero muy lejos de inmutarse y amilanarse continuó:

– La promesa que hice…hoy quiero decirles que todo lo hice por ella – las fuerzas abandonaban su cuerpo y de pronto se sintió desfallecer, cayendo de rodillas ante la mirada juiciosa de todos los presentes – Sus bienes…los más importantes se encuentran en mi poder. Yo, yo hice cuanto estaba en mis manos para poder quedarme con ellos. – Expulso sangre por la boca antes de caer en seco.

– ¡Pronto! Traigan agua – ordenó el santo de libra – Aioria necesito de tus habilidades de curación – Dohko se acercó a Julián intentando calmar el dolor dejado por los golpes de sagitario.

– Maestro usted sabe que es un imposible. Cómo puede hacer una petición de esa naturaleza. Además, ¿no es él quién terminó con la vida de Athena?

– De todos los presentes Aioria, pensé que tú lo entenderías. – Dohko suspiraba cansado y lento se desplazó; cuando levantó la mirada pudo observar como el santo de Leo recogía a Julián de entre los escombros formados llevándolo sobre los hombros.

– Lo llevaré a mi templo. Es todo lo que puedo hacer por él. – Ningún santo se atrevió a reclamar, callaron por un rato ordenando sus pensamientos.

– Aguarda un momento Aioria. Será mejor atender sus heridas aquí; él se encuentra muy débil y podría desvanecerse nuevamente en el camino – Sugirió Shaka de Virgo señalando al amplio y cómodo dormitorio del patriarca.

– Es cierto, además quisiéramos saber que intención tuvo el maestro para invitarlo el día de hoy – se dejó escuchar Milo mirando fijamente y de manera seria al maestro. (Y el maestro miró a la escritora y la escritora miró a Julián).

Julián con mucha dificultad volvió en si y levantó la voz antes que el santo de libra respondiera a la pregunta del escorpión.

– Athena me dijo: “El viento lleva las noticias y no hay límites para el. Estaré con ustedes siempre” – todas sus energías se consumieron cayendo con inconsciencia absoluta (creo que ahora si se desmayo de veras). Todos los santos dorados quedaron en silencio por unos segundos, en su gran mayoría se mostraban confundidos y lo demostraban mediante las miradas que incesantemente pedían explicación de unos a otros.

– ¡Genial! ¡genial! – Kanon rompiendo el silencio y notoriamente enojado caminaba hasta llegar donde yacía Julián desvanecido y mirado a cada uno de sus compañeros habló: – Traigo a un hombre que quiere ayudarnos, lo agarran a golpes hasta dejarlo inconsciente y además lo acusan de loco. ¡Por un demonio! Ahora me pueden decir ¡dónde conseguiré a otro millonario de buena fe que quiera ayudarnos!

– No necesitamos su ayuda – increpó el santo de géminis.

– ¡Ohh! – se expresó Kanon dándose una sonora palmada en la frente – ¡Cállate Saga! No sabes nada de negocios.

– Kanon, eres tan listo que buscaste la ayuda de un millonario en quiebra. Nunca, nunca, ni siquiera en mis sueños imaginé que volverías a manipular a este pobre infeliz. Mira lo que causó tu plan, lo dejaste al borde de la muerte y ahora te pregunto ¿Quién crees que cubrirá sus gastos? Sabes que Aioros apenas cumplió los 16 años y no puede trabajar. Ahora dime, qué piensas hacer.

El silencio se apoderó de la habitación una vez más, pero pronto una sonrisa maliciosa se hizo presente en Kanon quien no tardó en responder:

– Podríamos… eh, podríamos …. fingir que nunca llegó al santuario y lo abandonamos a orillas del mar. Ya le pasó una vez y nadie se quejó – el silencio volvió a reinar en la sala y las miradas acusadoras de todos los santos se posaron en él – Esta bien, esta bien, yo pagaré los gastos pero que Aioros lo cuide – respondió Kanon buscando con la mirada el cuerpo de Julián el cual había sido llevado a la habitación del pontífice, mientras entre dientes se dejaba escuchar – Ese mocoso insensato…

– Caballeros dorados me temo que Julián tendrá que quedarse con nosotros por una larga temporada – se escuchaba a Dohko regresando de la habitación del patriarca.

– ¡Por Athena!, que le diremos a su familia. Está mal herido, nos enjuiciarán por esto también. ¡Joder! Con este juicio serían… – Shura muy nervioso contaba el número de juicios que tenían hasta entonces, muy pronto los dedos se enredaron y su cuerpo perdió la conciencia cayendo en el piso violentamente, en el espacio que todos muy amablemente cedieron.

– Yo tengo la solución perfecta a todos estos problemas – se abrió paso el caballero de los hielos saliendo de entre los presentes, haciendo uso de su gran ingenio propuso: -Enviaremos a Milo en remplazo de Julián.

– ¡Estas loco! ¡Cómo se te ocurre si quiera pensarlo! – se escuchó la voz preocupada del escorpión tan solo al imaginarlo.

– Milo, tienes un gran parecido con él – afirmó Shaka con serena calma.

– Es cierto – respondió Afrodita – claro que Julián es delgadito.

– Y tiene la piel más clara y tersa – aseveró Death Mask mirando el rostro del escorpión con sorna.

– Además sus cabellos son claros y no tienen las puntas abiertas – se escuchó de Kanon.

– Sus ojos no están juntos y…. – Aioria se detuvo en seco al percatarse de la cara de pocos amigos que traía el bichito de escorpio.

– ¡Ya basta! Debemos buscar otra salida señores. Puesto que por obvias razones no puedo suplantar a Julián. Milo tocaba las puntas de sus cabellos buscando las aberturas, a la vez que intentaba separar sus ojitos haciendo graciosas mímicas.

– Pero Milo… ¿acaso hay otra salida? – preguntó curioso Aldebarán.

– Sí. La hay – todos voltearon la mirada al escuchar la voz del santo de libra quien con una sonrisa demostraba tener un as bajo la manga – Milo no suplantará a Julián, pero si será su representante. Mañana se presentará en la mansión “Solo” con un documento firmado por el mismísimo Julián acreditándolo como tal, con el que se le otorgará poder durante todo el tiempo que duren sus “vacaciones”.

-El santo de escorpio se mostraba inconforme con la última decisión de Dohko. Ni siquiera había sido consultado. La mirada y el entrecejo juntos delataban su preocupación y enojo.

– Maestro Dohko. Cómo puede pensar enviarme para atender los asuntos de ese hombre que…que… – esto sobrepasaba los límites del santo de escorpio. El gran señor de los mares además de arrebatarles a su diosa y enjuiciarlos quitándoles parte de sus bienes, ahora se quedaría con ellos durante una larga temporada bajo el cuidado de los santos de Athena y no solo eso, ahora resulta que Milo tendría que velar por sus bienes e intereses económicos?, tan solo la idea lo sacaba si provocándole un temblor de tanta ira guardada, entonces respondió: – ¡No! No acepto cumplir aunque sea una petición del Maestro.

– Milo de escorpio, no es una petición, es una orden. Si te revelas a ella serás considerado un traidor del santuario – nuevamente la voz imperante de Dohko bajó los ánimos del escorpión, sin embargo, lejos de sentirse reprendido, Milo comprendió que esta actitud encerraba un mensaje que iba mucho más allá de lo que él podía imaginar, con absoluto desanimo respondió :

– Pierda cuidado maestro. Haré lo que usted diga. – Haciendo puños contuvo sus emociones. No era justo, por qué tenían que enviarlo a él, si nunca le gustó el horario de oficina, tampoco la seriedad y el estilo de vida de un presidente corporativo, siempre vistiendo trajes aburridos, firmando documentos y alejado de su amada guitarra. Ese trabajo se ajustaba al perfil de Shión, Saga o Shaka, pero Milo se consideraba una persona divertida y amante de la libertad, todo lo contrario al perfil que aquel trabajo exigía, pero una orden es una orden y jamás debe ser cuestionada – Cuidaré de sus negocios, cumpliré el horario de trabajo, velaré por sus acciones, bonos y todo su aburrido capital invertido en Bolsa, visitaré todas sus empresas aromáticamente perfumadas a mar, viviré en su gran mansión, viajaré a todo lugar que sea necesario para cumplir con las funciones de ese engendro engreído, asistiré a todas las cenas, reuniones y bailes sociales – para ese entonces el brillo en los ojos y su tono de voz habían cambiado, hasta se podía apreciar una sonrisa que comenzaba a dibujarse en el rostro, después de todo la idea comenzaba a gustarle. – Y aunque no sepa de negocios, no tendré problemas con mi trabajo, porque siempre seré asistido por mi secretaria personal. ¡Por Athena! tendré muy grata compañía – la felicidad de Milo era evidente.

– Así es Milo. – respondió Dohko también sonriendo – gozarás de la amena compañía de Sorrento, quien es el asistente personal de Julián.

– ¿Un hombre? ¿No seria mejor una secretaria? – Esta respuesta hizo reflejo en todos causando risas y algunos comentarios.

– No te preocupes, para tal caso es lo mismo. Buena suerte bichito, provecho con Sorrento – Kanon apenas y podía mantenerse de pie luego de su comentario, pero resistiendo agregó – Cuídate de sus abrazos, suelen ser mortales – A Milo no le causó gracia alguna los comentarios de Kanon, pero debía resolver algunas dudas.

– ¿Y que pasará con mis misiones?

– Aunque no lo parezca estarás cumpliendo diariamente con tus misiones, acudiendo a la Fundación por los niños huérfanos y damnificados a causa del último diluvio.

– Vamos hombre quita esa cara – Shura ponía una mano en el hombro de Camus tratando de que este reaccionara a lo que estaba sucediendo. Camus fue el de la idea, pero solo quiso hacer una broma de todo esto. Nunca pensó que Dohko tomara en serio una propuesta tan descabellada. El santo de capricornio trataba de consolarlo argumentando: – El hecho de ir a vivir a una mansión, cambiar de estrato social, tratar con los mas grandes del comercio marino y estar rodeado las 24 horas por mujeres hermosas, sin tomar en cuenta de que lo asistirá un hombre con el nombre de Sorrento de Sirena, que ya de por si dice mucho. No significa que la fama y el dinero lo cambie y te olvide pronto.

Camus levantó la mirada para ver la expresión de Milo buscando consolarlo por la separación, ellos nunca se habían separado desde que se conocieron, sin duda alguna, esto resultaría muy doloroso para Milo. Pero muy lejos de ver dolor en el semblante de su querido bichito, él traía un extraño brillo en los ojos y una sonrisa de oreja a oreja.

– Olvídalo Camus. Ya lo perdiste – Culmino Capricornio, dejando a Camus mas frio de lo normal.

– Escuchen caballeros dorados, ha llegado el momento de mostrar nuestra verdadera capacidad, esta no es una lucha de poder, hemos sido entrenados para librar batallas y salir vencedores ¡siempre!, pero la verdadera lucha se da día a día, nos formaron para morir . Ninguno aquí le teme a la muerte, sin embargo, ahora debemos mostrar que sabemos vivir y lucharemos por mantenernos unidos como una familia, protegiendo siempre la paz e integridad en la tierra. Los Santos de Athena deben resistir y perseverar en este mundo, si existen cambios, los afrontaremos y nos adaptaremos a lo que venga.

Dhoko iniciaba ya uno de sus largos discursos, todos tomaban atención, entre los caballeros las miradas se cruzaban, incluso Shaka traía los ojos abiertos y el lenguaje corporal era el que dominaba en la Sala principal del patriarca. Las cosas estaban cambiando, el ambiente lo decía casi a gritos, sin embargo todo parecía natural.

En Londres Universidad Herfordshire:

En la decanatura de la Facultad de Ciencias, un hombre canoso con muchos folders y legajos en mano observaba a la singular figura paterna que tenía en frente, un caballero de cabellos largos casi ondulados, de ojos lilas y con dos puntitos en la frente.

– Se preguntara usted, señor… – Miró el nombre escrito en uno de los archivos que llevaba en mano – Shión de Aries, por qué lo hicimos llamar. Hemos observado a su hijo con detenimiento y debo decirle que encontramos algo único en él. Nunca habríamos imaginado después de tantos años, encontrar a alguien con sus características. Es muy interesante. Y quisiéramos su aprobación para tenerlo sujeto a estudios.

Shión llevaba los ojos abiertos de par en par, luego de la explicación del decano se dio cuenta que el secreto de su origen había sido descubierto, esto no podía estar sucediendo. Sería posible que todos notaran la diferencia en cuanto a ¿razas? No, él sabía que sus antepasados no eran seres diferentes a la mayoría en esta tierra de Athena…. Había cometido un gravísimo error al enviar a su hijo fuera del santuario. Ya todos estaban enterados y ahora tomarían a Mu como conejillo de indias para realizarle pruebas, posiblemente, lo disecarían o quien sabe que es lo que pensarían hacerle. Incluso estaban pidiendo su aprobación. ¿Qué clase de monstruos podían hacerle tal petición? “Y nosotros luchamos con Athena para proteger a esta clase de personas”, pensó el Pope sin prestar atención a la explicación que estaba recibiendo por parte del decano.

– Entonces, ¿contamos con su aprobación?

– ¡Claro que no!

– Entiendo que resulte ser doloroso para usted, pero mírelo de esta manera, estará contribuyendo con el bienestar del mundo. Todos le darán gracias a su hijo ¿acaso no se sentiría orgulloso por él?

– ¿Me esta pidiendo que entregue a mi pequeño a la ciencia y quiere que lo tome con calma? ¡Nadie le abrirá el cerebro a mi hijo!

– Le daremos lo que pida. Pero su hijo deberá quedarse aquí con nosotros.

– De ninguna manera, Mu regresa ahora mismo conmigo a casa.

– Señor Shión. Su hijo tiene un futuro prometedor. No trunque sus sueños. Estará lejos por un tiempo, pero prometo que valdrá la pena.

– Ya lo dije, me lo llevo a casa.

– Esta bien, pero antes, es necesario que lea estos escritos que su hijo realizó – El decano cargo un volumen extenso de papeles y se los entregó a Shión, que aún en alerta empezó a pasar las hojas sin poder creer lo que leía.

“Cura definitiva del en 20 segundos por puntos cósmicos según su signo”, “Regeneración de la vista”, “Como realizar una criogenia y sobrevivir a ello”, “Los cinco secretos del Ave Fénix”, “Teoría de los gusanos de Tiempo”, “Transportación de materia en 2 pasos prácticos”, “Alquimia a través del tiempo”, “Reconstrucción celular por cuerpos celestes”. – Cada vez la sorpresa de Shión era mayor, Mu estaba compartiendo con la humanidad los secretos milenarios que guardaban celosamente en el santuario. – ¿Entonces no lo quieren para realizarle estudios como si fuese un ratoncillo de Indias?

– ¿Realizarle estudios? – el decano soltó una carcajada seguido de – cómo pensó usted en algo semejante, ni que hubiésemos descubierto el ultimo sobreviviente de la Atlántida.

– Que ocurrencia. Disculpe. – Soltó el Muviano al darse cuenta de lo cerca que estuvieron de ser descubiertos.

– Inicialmente, pensamos que todo esto era una locura. Pero luego de lo que vimos en el patio el día de ayer, no nos queda duda de que su hijo ha sobrepasado las leyes de la materia. Esta es una cámara de vigilancia, y este es el preciso momento en el que se supone debería recibir el primer golpe que estos dos jovencitos querían propinarle. Como puede verificar su hijo desaparece por unos segundos evitando ser tocado por ninguno de los presentes, en este caso algo imposible porque lo atacan 123 alumnos de nuestra universidad y todos al mismo tiempo.

– Eso no es del todo cierto, Mu también resulto lastimado. Lleva…- Shión se sonrojo al darse cuenta de lo que iba a decir, pero aún así termino – un chichón de cabeza.

– Señor Shión, si ponemos la cámara a la velocidad mínima, ayudado por nuestros científicos que pudieron retrasarla a la velocidad en que se movería el sonido, se dará cuenta usted de que el chichón de cabeza fue realizado gracias a que su hijo llevaba los pasadores desatados del tenis que traía puesto. El 99% de los que estuvieron en este disturbio presentan fracturas en diversas partes del cuerpo. Si nos hubiéramos dado cuenta de esto antes, hubiéramos aprovechado el tiempo que estuvo con nosotros desde un inicio. Tiene una mente sorprendente y deseamos apoyarlo en todo lo que esté a nuestro alcance. La decisión es suya señor de Aries.

Santuario de Atenas Casa de Leo.

– ¿Venga Aioria cual es el problema? – El caballero de Leo suspiro pesadamente y comenzó con su explicación.

– Paolo Dyans es un hombre extremadamente repulsivo, es el tipo de chico lindo y mimado, suele mandarle flores a Marín y no descansara hasta conseguir lo que quiere.

– ¿como lo sabes? Digo yo, ¿acaso eres psíquico o adivino?

– Sospecho… que Marín sale con el.

– ¿Sospechas? ¡Hombre¡¿por qué lo pensáis?

– Porque…. los vi… saliendo juntos.

– Tranquilízate. Si pareces un crio. Bueno, bueno, quizás sea un amigo.

– Durante años todos los caballeros del santuario, excepto Shaka y yo trataron de invitarla a salir. Marín nunca acepto a ninguno.

– Es una chica muy seria ¿Vale?, sabe lo que quiere.

– Eso me tiene con cuidado, ahora acepta salir con él. Se deja engreír por él y … Solo tiene ojos para “él”.

– ¡Vamos león!, arriba esos ánimos

– No sé que hacer.

– Pues no sé, no sé, que podría decirte. Hombre, tu deberías saber cuales son sus gustos. Y agarrarla por la parte más sentimental. Tú sabes. Te veo en esta situación desde el episodio G, y mira la serie se acabó. Y tú, no haces nada de nada.

– ¿Que se supone que debería hacer?

– ¡Pues ve! ¡ve y búscala! Confiésale todos tus sentimientos… y si ella no te corresponde, aquí estaré para consolarte.

– ¡Sí! eso haré.

– Faltaba más. Ve de una buena vez. ¡Cántale todo! Debes darle el ciento diez por ciento ¿de acuerdo?

– Sí. De acuerdo ¡El ciento diez por ciento! ¡Eso!

– ¡Uy!, se me hizo tarde, tengo una junta en el Buffet.

Fue así como Aioria, salió decidido a declarar lo que sentía por Marín por primera vez desde el episodio G

Caminaba por las calles risueño, pensando en aquellos recuerdos que había vivido con ella desde muy joven, siempre guardando silencio, siempre tan tímido, siempre llegando en el momento necesario de “casualidad”para salvar a la damisela en peligro, de seres tan perversos y peligrosos como aquella criatura celestial que Shaka adoraba y otros que anteriormente la consideraban una traidora. Sacando su cuenta, la única vez que no pudo acudir a su defensa fue cuando estaba bajo el poder del Satán imperial, las otras veces, Marín escapo sin avisar, como lo hizo con Misty “menos mal que murió”, merecido lo tuvo cuando osó citarla en “el lugar de siempre” ¿Qué habrá querido decir con eso? Definitivamente Marín siempre fue una chica muy seria y madura, muy capaz de dominar a un León y fue precisamente un león lo que vio en una de las vitrinas; un león tan grande y tan tierno como los sentimientos que guardaba por ella.

– Eh… bueno, – un color encendido inicio su recorrido por el rostro de Leo – me llevo ese.

– Disculpe señor, ese león es el símbolo de nuestra tienda, no esta en venta.

– No, señorita usted no entiende, no importa lo que cueste, me lo llevo.

En un santiamén un sujeto de pulcras vestiduras dibujaba una sonrisa interesada, interrumpió para añadir guiñando un ojo a su vendedora estrella.

– El cliente siempre tiene la razón, esa es nuestra política, “si le gusta lo compra”. ¿Efectivo o tarjeta?

Minutos más tarde un sonriente León iba abrazando a otro león. Llevando una caja en forma de corazón atada a uno de sus dedos, mientras sujetaba un ramo de rosas en la boca, sin dejar de sonreír. A su paso todos los transeúntes se quedaban sorprendidos siguiéndolo con la mirada.

– ¡Vamos muchacho! Así se hace. – escuchaba el santo de aquellos que sonreían a su paso levantando sus puños al cielo. Haciendo que Aioría caminase con determinación marcada repitiéndose “ciento diez por ciento”.

 

Entraba a gusto a puertas de una gran, elegantísima y hermosa agencia de modas pensando en las primeras palabras que diría al verla. Sí, sería lo mejor que le pasaría en su vida. Ya en el elevador, pensaba en familia, la casa de Leo, con cortinas de terciopelo rojas, elegantes ambientes, un gran dormitorio, un par de niños jugando por los corredores, y Marín su diosa Oriental transformando el jardín con pequeños bonsáis, veía los años pasar al punto de imaginarse ya ancianos y aún tomados de la mano recordando este día. El día memorable donde todo comenzó… oficialmente.

– Veamos, oficina 3 del décimo piso a la derecha. – Con manos temblorosas y sin soltar los presentes tocó la puerta, al no escuchar respuesta prosiguió a abrirla y con torpeza ingresó, la vista no era la mejor de todas, apenas y podía ver algunas cosas y parte del escritorio, frente a él se escuchaba el sonar de un teclado.

– Ciento diez por ciento. – pensó en voz alta, tomo aire y continuo – Sé que mi presencia aquí te parecerá extraña, es más, apenas y acabo de juntar el valor para estar aquí frente tuyo. Pero, desde que te vi por primera vez, me pareciste, la persona mas interesante, noble, estricta, de fuertes ideales, para mi eres lo mejor que he podido conocer, la persona más bella, el cálido sol que ilumina mi existencia, he perdido la cuenta de las veces que soñé con decirte esto. “Te Amo como jamás pensé que se podría amar” todo esto simplemente es demasiado grande para poder explicarlo con palabras. Yo solo espero, solo espero que sientas lo mismo por mi.

Un momento de silencio se hizo en la oficina, Aioria cerraba los ojos en espera de su respuesta. Gracias a los dioses llevaba consigo tantos regalos, que impedirían a Marín el ver la coloración de su rostro. Un par de manos tomaron el ramo de rosas separándolo de su vista y dejando ver el rostro de un apuesto caballero pelirrojo; el fuego, el sol se iluminaba en sus cabellos y su mirada lo contemplaba fijamente.

– Debo confesar que me agrada la idea, de ser el ser supremo que ilumina tu existencia. – Aioria no podía creer lo que le había sucedido, la persona frente suyo, aquella que le hablaba en este momento era nada más y nada menos que Paolo Dyans. El León tomó aire y se dispuso a aclarar el malentendido siendo interrumpido por su peor pesadilla.

– No, no hables, fuiste muy valiente, te esmérate con los obsequios, pero no puedo aceptarlos – bajo la voz y acercándose al oído del leoncito que petrificado solo escuchaba soltó – “tengo novia”.

– ¿Marín? – fue la interrogante que salió de los labios de Aioria.

– Sí, Marín. – Paolo sonrió sarcástico en tanto una pelirroja observaba desde la entrada. – Querida, tienes una agradable visita.

En un prestigioso Buffet de Abogados, se llevaba a cabo la reunión de todos los profesionales destacados en leyes, todos señores de larga trayectoria, elegantísimos y muy serios miraban y escuchaban a la vez el caso a tratar, de vez en cuando echaban un vistazo a los expedientes, en tanto la voz del caballero de la décima casa expresaba de manera elocuente cada detalle que le sirviera para esclarecer y ayudar con los juicios del santuario.

– Después de dos meses por fin tengo la resolución definitiva que resuelve fundada nuestra petición de reconsideración, por tratarse de una lucha a causa de conseguir la paz y estabilidad en la tierra.- Shura sonreía orgulloso, al fin lo había logrado.

– ¿Puede mostrarnos el documento del que habla?

– Por supuesto, aquí lo tengo.- El santo de Capricornio muy presto tomó el documento entre manos y lo mostró a toda la junta, sin dejar de sentirse orgulloso por sus logros.

– ¿Se esta burlando de nosotros señor Shura?

– No. Claro que no, tómelo y constate.

– ¿De que habla?, si no tiene nada en las manos.

Al ver sus manos vacías, Shura levantó la mirada buscando el documento entre una pila de papeles, buscó y rebusco hasta dar con él, muy contento corrió tomándolo y levantando la mano, pero, apenas lo tocó, este se quemó quedando hecho cenizas, al voltear con el rostro desencajado y ver al jefe del buffet, se encontró con el culpable de toda su desgracia.

– ¡Tu! ¡pero que te has creído!- apuntaba Shura con toda su ira, mientras Lucifer muy tranquilo sonreía mirándolo, buscando arrepentimiento en los ojos de Shura. Él debía caer en sus manos. Sí o sí.

– ¡Jovencito! Espero una buena explicación para su conducta – reclamo el jefe muy ofendido siendo aún apuntado por la mano de Excalibur.

– Yo…disculpe. – Apenas y Shura pensaba en alguna estrategia para salir del apuro y el teléfono de la oficina timbró siendo atendido por el jefe.

– Lo siento jovencito, estamos en una reunión importante, dudo mucho que desee contestar. ¿de vida o muerte? Esta bien, esta bien, que no se diga que soy un dictador. Señor Shura tiene una llamada, alguien de nombre Aioria.

– ¿Aioria? – El santo de la cabra se acercó ceremoniosamente al teléfono y en voz bajita increpo.

– ¿no podías llamar al celular?

– Lo llevas apagado – contesto también bajito el castaño.

– Vale ya, ¿que ocurre?.

– Shura, si es tan importante, usa el altavoz. Contigo tienes al mejor buffet de abogados, podemos resolver cualquier problema. – Ofreció el jefe con creciente curiosidad.

– No, no, no es necesario. Son pequeñas cosas que se le presentan a mi amigo.

– Insisto. – Ordeno el jefe de jefes quien nunca aceptaba un no por respuesta. Con pesadez el santo accedió, en tanto la voz de Aioria se escuchaba fuerte y clara para todos.

– Seguí tus consejos, hice lo que me dijiste, di el ciento diez por ciento, pero todo, todo lo malo me sucede gracias a una persona. – Esta vez elevo el tono de voz dando fe de su mala suerte.

– ¿De que hablas Aioria? ¿A qué va todo eso?

– ¡Calla! Todo esto me pasa por tu culpa. ¡Nada salió bien!, esto es lo que pasa por decir la verdad después de 15 años. ¡No es justo!

– ¿Que sucedió?

– Dije la verdad, dije que le quería. Eso ha pasado.

– ¿Será posible? ¿Y no era eso lo que querías?

– Se lo dije a Paolo. Demonios, él lo sabe.

– Venga, por el amor de Athena ¿Qué no te diste cuenta?

– Y eso no es lo peor. Dians parece corresponderme, pero dijo que tenía novia, yo dije Marín, él dijo sí, ella estaba ahí, lo vio todo, ahora piensa que me gusta él, pero no es todo, ella es su novia y… – suspiro y culmino deprimido_ quedé como idiota.

– Vamos por partes crio, que… no te entiendo. Dime Aioria, ¿Dónde estás?

– Estoy en la oficina de Marín, esperándola. Shura, ella está aclarando las cosas con Paolo, lo más seguro es que cuando regrese me eche a patadas por tratar de bajarle el novio. Me siento como colegial momentos antes de ser expulsado.

– Escucha. Tienes una breve pero evidente oportunidad para hacer lo correcto y cambiar el final de la historia.

– ¡No! ¡No! Me siento como un idiota, quiero salir de aquí.

– ¡No! – El capricornio golpeó con fuerza el escritorio del lado, haciendo saltar de un brinco a todos los del buffet – ¡Tú serás el elegido! ¿Vale? ¡Joder! ¡Eres un león en casa y ahora te comportas como un minino!. ¿Crees que eres el único que tuvo un mal día? ¡Dile que le quieres y ya! – colgó el teléfono lanzando un sonoro suspiro, pronto cayó en cuenta del lugar donde estaba y de la forma para nada privada de cómo se comunicó con Aioria, el silencio en la sala era evidente, el rostro de cada uno de los presentes denotaban seriedad. Shura se preparaba mentalmente para ser despedido, buscaba con la mirada la caja con la que llevaría sus cosas y también a Elisa (la plantita que lo acompañó desde el primer día en el prestigioso Buffet), lamentaba el futuro prometedor que echaba por la borda. De pronto el silencio fue roto por unas palmadas que eran ofrecidas por el jefe del buffet, poco a poco los demás miembros se le unieron hasta formar una lluvia incesante de aplausos.

– Shura, me has demostrado que no tienes imposibles, posees el espíritu de un ganador. Te quiero junto a nosotros los grandes, tomaremos tu caso y te prometo que hallaremos la solución aunque se traten de algo muy nuevo para nosotros.

Lucifer por su parte muy enojado lo miró con ira creciente, desapareciendo del lugar instantáneamente.


Gracias a todos los que me pusieron de favoritos, es un incentivo saber que no se pierden mis escritos.

 

Capitulo IX – Entiéndeme

 

3 respuestas to “Capitulo VIII – Respuesta al Tiempo/Cambio y…Fuera”

  1. Nay Mos diciembre 1, 2010 a 3:01 am #

    Hooola!!! No me he podido quedar con las ganas de comentar, casi nunca lo hago, pero hoy es la excepcion! Buscando fotos de mu y mascara de lamuerte me he topado con tu escrito….. Y dejame decirte que esta increible!! verdaderamente exquisito, lo lei todo en estas horas! y me lo he podido imaginar todo cual pelicula! Que lindo has puesto a mi adorable «cangrejito» (como le mencionas)…

    Espero realmente no te tardes mucho en actualizar, me gusto mucho y ya quisiera saber como acaba todo esto, estare por aca seguido checando si hay algo nuevo… y por favor un poco de justicia para aioria!!! se merece a su pelirroja!

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